Muchas veces nos preguntamos porqué Dios permite que pasemos por algo. La espera, la enfermedad, el desempleo, crisis económica, hambre, frío, la muerte de un ser querido, problemas con los hijos, un fracaso, son algunas de las cosas que Jesús permite.
Leyendo las cartas paulinas, me encontré con un versículo en el cual San Pablo dice: Debemos completar lo que le falta a la pasión de Cristo.
Casi siempre Dios quiee que aprendamos algo, y ese algo depende de la prueba que nos manda y de que estamos fallando. Por ejemplo si estamos apegados a algo, el que este algo nos sea quitado por un tempo nos ayudaría a desprendernos y aprender a que nada es imprescindible, solo Dios.
Dios nos pone pruebas para que éstas sean las cruces por las cuales podamos completar el sacrificio de amor que hizo por nosotros. No es que éste sacrificio esté incompleto, sino que El en su infinita misericordia quiere que también seamos instrumento de salvación para otros. Estamos llamados a ser santos. Esto no está rservado para saceotes o religiosos. Es para lo que Dios nos llama cuando nos elige entre tantas personas, y cuando decimos si a ese llamado, nos estamos comprometiendo a enfrentar las pruebas de la vida de otra forma.
Enfrentar las pruebas que durante nuestro paso por el mundo, sabiendo que El no nos manda algo que con lo que no podamos, tomándolas como verdaderos retos a vencer para la Gloria de Dios, para ser testimonios vivos de que Dios existe y para ser ejemplo para aquellas personas que pueden con esa experiencia de vida acercarse a Cristo.
Si en tu vida llega una gran prueba de Fe, no te preocupes, queda en paz y piensa que Dios te ayudará a vencerlas como has pasado todas las anteriores y como pasaremos las que han de venir.